sábado, 9 de diciembre de 2006

Un Papa Noel despistado.


Érase que se era un Noel despistado que también era Papá y que repartía regalos Llegada la Navidad observó horrorizado que era hora de repartir y tenía el pantalón reventado En sus grandes posaderas justo en el medio del culo tenía un agujero de casi un metro, calculo -¡Cielos que voy a hacer! -exclamó preocupado ¡No puedo ir por ahí enseñando el calzón arrugado! A toda prisa marchó y entró en el supermercado unos pantalones buscó para cambiar el estropeado Pero no lo consiguió ¡Se habían agotado! -¡Que desesperación! -exclamó muy angustiado. Un cliente que lo oyó, un cliente costurero, sus servicios le ofreció para sacarlo del enredo -Su pantalón es un desastre pero yo lo arreglaré, soy un muñeco de nieve además del mejor sastre. Así que Papa Noel quedó con las piernas al aire mientras el muñeco de nieve arreglaba aquel desastre. -¡Imposible!- dijo el muñeco. -Esta costura es muy grande sino voy a mi taller mi trabajo se irá al traste. Papa Noel y el muñeco abandonaron el supermercado. Para que no le vieran las piernas iban los dos muy pegados ¡Que extraña figura hacían! Un muñeco y aquel santo, caminando por la nieve ocultándose de cuando en cuando. Quizás alguien los observaba, ellos así lo pensaron. Una sombra los miraba, una sombra muy seria y con un abrigo de lana.

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