sábado, 9 de diciembre de 2006

El muñeco de nieve.

Érase que se era un muñeco muy blanco, era un muñeco de nieve, era un muñeco muy guapo. Trabajaba en su taller. Cosía gorros y lazos, a veces incluso también, cosía pantalones largos El día de Navidad, marchó al supermercado a comprar telas e hilos para hacer un bonito brocado. Recogía entre los estantes los materiales ansiados, cuando de pronto un hombre se desesperó a su lado Aquel hombre de barba, vestido de rojo y de pelo cano tenía su pantalón completamente destrozado. Nuestro muñeco de nieve se le ofreció a arreglarlo pero sin estar en su habitación le era imposible lograrlo. El muñeco y el señor que tenía calcetines blancos, se acercaron entre si y salieron muy pegados. ¿Era aquel Papa Noel, un Papa Noel despistado? Lo era el muñeco también, pues salió sin pagar lo comprado. Los hilos y el cinturón que en el estante había encontrado, viajaban en su zurrón sin que él se hubiese percatado.

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