sábado, 9 de diciembre de 2006

El muñeco de nieve.

Érase que se era un muñeco muy blanco, era un muñeco de nieve, era un muñeco muy guapo. Trabajaba en su taller. Cosía gorros y lazos, a veces incluso también, cosía pantalones largos El día de Navidad, marchó al supermercado a comprar telas e hilos para hacer un bonito brocado. Recogía entre los estantes los materiales ansiados, cuando de pronto un hombre se desesperó a su lado Aquel hombre de barba, vestido de rojo y de pelo cano tenía su pantalón completamente destrozado. Nuestro muñeco de nieve se le ofreció a arreglarlo pero sin estar en su habitación le era imposible lograrlo. El muñeco y el señor que tenía calcetines blancos, se acercaron entre si y salieron muy pegados. ¿Era aquel Papa Noel, un Papa Noel despistado? Lo era el muñeco también, pues salió sin pagar lo comprado. Los hilos y el cinturón que en el estante había encontrado, viajaban en su zurrón sin que él se hubiese percatado.

El paquetito de regalo.


Érase que se era un paquete de regalo. No era un paquete corriente, era un paquete empachado. Rezaba en su etiqueta que era un paquete para gatos y alguien sin ninguna prudencia le metió un objeto muy raro. Una flauta travesera, había en su interior. una flauta de madera que pesaba un montón. El pobre paquetito comenzó a sentir escozor Era la flauta de madera un objeto superior. El vientre del paquetito sentía mucho dolor, causado por la madera alojada en su interior. -¡Esto es espantoso!- -exclamó el paquete empachado. -O me tomo una manzanilla, o vomito en cualquier lado. Ni un poco de manzanilla pudo el paquete encontrar y no le parecía adecuado ponerse a vomitar. Por eso cuando de lado estaba el jefe del local, sacó del estómago la flauta y la cambió por un dedal. Quedó encantado el paquetito y sinceramente sonrió cuando se le acercó un gatito y sin dudar lo compró. Ahora está en la sala sentado junto al gato y sonríe satisfecho como todo buen regalo.

El muñeco de chocolate.


Érase que se era un muñeco de chocolate sentado en el supermercado al lado del Colgate. Era este muñeco un muñeco glotón y siempre devoraba lo que había alrededor Si las bolsas de patatas llegaban hasta su lado en un minuto y medio las había devorado Lo mismo con las galletas con las pastas y el turrón. Este muñeco pequeño estaba hecho un gordinflón. Un día su mamá muy seriamente le advirtió. -¡No comas más porquerías que van a darte dolor! Pero el muñeco desobediente ni siquiera la escuchó y cuando un dependiente a su estante acercó unas latas de conservas sin dudar se las zampó. -¡Que dolor pasó esa noche! ¡Su estómago cuanto sufrió! Su madre ya le había advertido y toda la noche se lo recordó. A la mañana siguiente que era día de Navidad, su madre para escarmentarlo lo mandó a viajar. -¡Te vas a casa de la tía! Allí aprenderás a no comer noche y día, a no devorar más. El pobre muñequito a esa casá marchó y aunque estaba castigado estupendamente lo pasó. Había mucho ambiente en aquella habitación en la que inmediatamente su tía cuando llegó lo colgó. Aunque no podía seguir siendo glotón allí se divertiría y jugaría un montón.

El Bastoncito rallado.

Érase que se era un bastoncito rayado con abrigo de lana con un cocodrilo bordado. Fue el día de Navidad vigilando el supermercado cuando una sombra vio huyendo con un cargamento robado El bastoncito se afanó por identificar al fugado pero por más vueltas que le dio no lo dio por identificado. Siguiendo la pista llegó a un cuarto bien amueblado el abrigo se sacó en la pared se colgó y se hizo el despistado. A un lado y al otro miró a todos fue investigando pues en aquella habitación se hallaba lo que estaba buscando. Pero bien se camufló el ladrón del supermercado pues el bastón miró y miró y no consiguió encontrarlo. Quizás sea una bota roja, amarilla, azul o verde o ese gato extraño que se halla ahí enfrente El bastón no descasaba continuaba investigando y en la pared de la habitación permanece vigilando.

Un Papa Noel despistado.


Érase que se era un Noel despistado que también era Papá y que repartía regalos Llegada la Navidad observó horrorizado que era hora de repartir y tenía el pantalón reventado En sus grandes posaderas justo en el medio del culo tenía un agujero de casi un metro, calculo -¡Cielos que voy a hacer! -exclamó preocupado ¡No puedo ir por ahí enseñando el calzón arrugado! A toda prisa marchó y entró en el supermercado unos pantalones buscó para cambiar el estropeado Pero no lo consiguió ¡Se habían agotado! -¡Que desesperación! -exclamó muy angustiado. Un cliente que lo oyó, un cliente costurero, sus servicios le ofreció para sacarlo del enredo -Su pantalón es un desastre pero yo lo arreglaré, soy un muñeco de nieve además del mejor sastre. Así que Papa Noel quedó con las piernas al aire mientras el muñeco de nieve arreglaba aquel desastre. -¡Imposible!- dijo el muñeco. -Esta costura es muy grande sino voy a mi taller mi trabajo se irá al traste. Papa Noel y el muñeco abandonaron el supermercado. Para que no le vieran las piernas iban los dos muy pegados ¡Que extraña figura hacían! Un muñeco y aquel santo, caminando por la nieve ocultándose de cuando en cuando. Quizás alguien los observaba, ellos así lo pensaron. Una sombra los miraba, una sombra muy seria y con un abrigo de lana.

El Ratoncito friolero.

Érase que se era un ratón friolero que llegado el invierno le temblaba hasta el pelo Se vestía su bufanda sus botas y el pantalón y le castañeteaban los dientes grandes de roedor. Totalmente vestido se metía en la cama y aunque el sol saliese él no se levantaba. Solo pensar en la nieve le daba verdadero pavor imaginaba los copos cayendo y le entraba un sofocón -¡Es horrible el invierno! -repetía sin cesar. -¡Quiero que llegue el verano para poderme bañar! Pero el termómetro del cuarto cada vez más bajaba y todo su cuerpecito una y otra vez tiritaba. Mas un día de mañana, el día de Navidad escuchó unos cantos y oyó a mucha gente hablar Después de mucho esfuerzo se consiguió levantar y asomó su cabeza al invierno y solo pudo alucinar. ¡Qué maravilloso espectáculo el ratón pudo observar. ¡La sala estaba decorada preparada para la Navidad! ¡Un árbol y mil regalos! ¡Un gato y un bastón y un muñeco de nieve y otro muñeco glotón!