sábado, 9 de diciembre de 2006

El muñeco de chocolate.


Érase que se era un muñeco de chocolate sentado en el supermercado al lado del Colgate. Era este muñeco un muñeco glotón y siempre devoraba lo que había alrededor Si las bolsas de patatas llegaban hasta su lado en un minuto y medio las había devorado Lo mismo con las galletas con las pastas y el turrón. Este muñeco pequeño estaba hecho un gordinflón. Un día su mamá muy seriamente le advirtió. -¡No comas más porquerías que van a darte dolor! Pero el muñeco desobediente ni siquiera la escuchó y cuando un dependiente a su estante acercó unas latas de conservas sin dudar se las zampó. -¡Que dolor pasó esa noche! ¡Su estómago cuanto sufrió! Su madre ya le había advertido y toda la noche se lo recordó. A la mañana siguiente que era día de Navidad, su madre para escarmentarlo lo mandó a viajar. -¡Te vas a casa de la tía! Allí aprenderás a no comer noche y día, a no devorar más. El pobre muñequito a esa casá marchó y aunque estaba castigado estupendamente lo pasó. Había mucho ambiente en aquella habitación en la que inmediatamente su tía cuando llegó lo colgó. Aunque no podía seguir siendo glotón allí se divertiría y jugaría un montón.

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