Érase que se era un paquete de regalo. No era un paquete corriente, era un paquete empachado. Rezaba en su etiqueta que era un paquete para gatos y alguien sin ninguna prudencia le metió un objeto muy raro. Una flauta travesera, había en su interior. una flauta de madera que pesaba un montón. El pobre paquetito comenzó a sentir escozor Era la flauta de madera un objeto superior. El vientre del paquetito sentía mucho dolor, causado por la madera alojada en su interior. -¡Esto es espantoso!- -exclamó el paquete empachado. -O me tomo una manzanilla, o vomito en cualquier lado. Ni un poco de manzanilla pudo el paquete encontrar y no le parecía adecuado ponerse a vomitar. Por eso cuando de lado estaba el jefe del local, sacó del estómago la flauta y la cambió por un dedal. Quedó encantado el paquetito y sinceramente sonrió cuando se le acercó un gatito y sin dudar lo compró. Ahora está en la sala sentado junto al gato y sonríe satisfecho como todo buen regalo.
sábado, 9 de diciembre de 2006
El paquetito de regalo.
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